jueves, 15 de noviembre de 2012
La Justicia
Injusto es aquello que nos ofende moralmente, que atenta contra nuestra idea del bien. Podríamos pensar que lo justo es aplicar a todos las mismas normas y los mismos castigos en caso de que no se cumpla con lo esperado; pero esto, aunque ordenado, realmente no garantizaría que fuera justo.
La justicia, sin embargo, se localiza cuando las acciones de la persona se mantengan dentro de lo que una sociedad considera justo. Por ejemplo, las acciones contrarias al orden social de las personas mayores, no son valoradas de la misma forma que las conductas de los menores infractores. Por otro lado quienes sufren alguna discapacidad necesitan que acerquemos a ellos la posibilidad de actuar, para poder acudir a una escuela, a un trabajo, etc., y sería injusto considerarlos con igual rigor que quien tiene a la mano todas las posibilidades de actuar por contar con todos los recursos necesarios o de sobra.
El ser humano necesita comprender la justicia dentro de sus posibilidades intelectuales, aunque sabe que la aspiración a la Justicia como valor absoluto está fuera de su alcance, trata de acercar la sociedad a este valor. Así el acto justo es aquel que va conforme a los valores morales que una sociedad acepta y que una persona realiza según su entendimiento, posibilidades y necesidades.
Toda sociedad tiene un espacio amplio de asimetrías, interdependencias e imperio de la ley del más fuerte, del dominante. Por ello la moral, la ética y la justicia procuran establecer espacios de equidad en que los actos justos tengan mayores probabilidades de prosperar.
La libertad de hacer y ejercer el poder, debe ser moderada por una visión justa, que estime las condiciones de quienes se encuentran en desventaja, ya sean personas, grupos e incluso países.
En nuestro ámbito personal, estimar lo que es justo y realizar acciones justas debe considerar al menos tres aspectos: el bien de las personas (sus posibilidades, necesidades, grado de felicidad), la reflexión (que implica nuestro compromiso de prepararnos para conocer y comprender mejor el ejercicio de los valores morales) y las circunstancias (bajo que condiciones y con qué recursos se dio la situación o comportamiento).
Buscar el equilibrio
Una figura famosa representa a la justicia. Se trata de una mujer que lleva los ojos vendados y porta una balanza con sus dos platos en equilibrio. Los ojos vendados significan que, sin importar de quién se trate (sin tomar en cuenta su raza, su religión o su lugar en la sociedad), todos deben recibir lo que les corresponde.
La balanza indica que la decisión no debe inclinarse a favor de una persona y en contra de otra. La injusticia ocurre cuando un plato se inclina más que el otro. Por ejemplo: es injusto que una persona trabaje mucho y le paguen poco, pero también lo es que trabaje poco y le paguen mucho. La injusticia aparece en la vida diaria cuando le negamos a alguien lo que consiguió con su esfuerzo. También aparece en la sociedad cuando hay personas que no tienen casa ni ropa, mientras otras cuentan con más de lo necesario para vivir.
Cómo desarrollar la justicia
El valor de la justicia se desarrolla cuando:
Doy apoyo personal o posibilito el acceso a recursos que necesitan mis semejantes para desarrollarse plenamente.
El logro de toda meta está condicionado a no dañar las potencialidades individuales.
Facilito la expresión individual y apoyo la democracia.
Valoro y respeto la justicia de la autoridad social, aún en contra de mis intereses personales.
Participo e influyo para que la justicia este presente en la decisiones que afectan a los demás.
Viviendo el valor
El valor de la justicia se refiere a la concepción que cada época o cultura han tenido de lo que es bueno para todos. Su fin práctico es reconocer lo que le corresponde y pertenece a cada cual hacer que se respete ese derecho, recompensar su esfuerzo y garantizar su seguridad. No se limita a los casos que se tratan en los tribunales, aparece en la vida diaria como un factor del que se derivan relaciones más equilibradas y respetuosas, así como el bienestar de la sociedad en su conjunto.
Pienso positivamente
“El ser humano tiene la necesidad de tener siempre un fin bueno que le permita justificar su conducta y este fin supone la justicia”
“La voluntad de la divinidad no es accesible a nuestro entendimiento; pero prepararse para comprender mejor las necesidades y derechos de mis semejantes, debe ser un compromiso de cada uno para actuar con justicia en bien de todos”
A cada quien, lo que merece
Estamos rodeados de personas, y nosotros formamos parte del mundo de ellas. Por el hecho de existir a cada una le corresponde vivir en buenas condiciones. Es justo que tenga alimentos, un hogar y la oportunidad de hacer lo mejor de su vida, según su inclinación. Para lograrlo tiene que esforzarse. La justicia consiste en garantizar que el resultado del esfuerzo se respete.
Por ejemplo, si ganamos la competencia de natación, es justo que nos den la medalla. Para que haya justicia nosotros debemos reconocer las ilusiones, el esfuerzo y los resultados de los otros. Si otra persona llegó a la meta antes que nosotros es justo que ella, y no nosotros, reciba la medalla. Cuando existen dudas sobre lo que corresponde a cada quien, hay reglas y leyes para decidirlo. Debemos procurar que se apliquen.
Para reflexionar
Decálogo de la justicia
La justicia es actuar con equidad.
Por la justicia se logra el sentimiento de felicidad de quien da y quien recibe.
La equidad es un requisito de la justicia para otorgar a cada quien según sus méritos.
En la justicia se encuentra el desarrollo de toda la sociedad, trasciende el egoísmo.
El abuso del poder significa la muerte de la justicia.
La corrupción da vida a la injusticia y la vende al mejor postor.
La apariencia de justicia, engaña la vista, pero quien comprende reconoce este valor.
La justicia resplandece ante lo injusto; pero nos obliga a sacrificar algunas conveniencias.
No podemos cambiar todo lo injusto pero si aspirar a cambiar lo posible de nuestra conducta.
Ser justo significa decidir a favor propio, de las personas y la naturaleza.
Para la vida diaria
Todos queremos tener acceso a lo mejor, por ejemplo, ganar un concurso u obtener un buen empleo. La justicia permite que las personas que se han esforzado en lograrlo lo consigan.
En situaciones comunes (como cualquier juego o la conducción de un vehículo) seguir las reglas garantiza el orden y la seguridad.
Si dos personas juntan su dinero para comprar un objeto, es recomendable procurar que cada una reciba la parte que le corresponde.
Aunque tengamos prisa para realizar nuestras actividades cotidianas debemos respetar el turno de cada quien.
Qué implica la justicia en nuestra familia
Decidir a favor de la justicia, aún sacrificando el “orden”. Esto es considerar las circunstancias y posibilidades de las personas, no solamente el hecho.
Evitar la discriminación, favoreciendo la integración de todos los miembros de la familia, en la medida de sus alcances, a la vida familiar.
Ejercitar siempre la equidad, distinguiendo y procurando decisiones justas para todos, pero según sus condiciones y circunstancias.
Por el camino de la justicia
Mira a tu alrededor. Los miembros de tu familia, tus compañeros de clase y las personas que pasan por la calle tienen planes e ilusiones como tú. Si tú aprendes a reconocerlos, ellos reconocerán los tuyos.
La justicia no siempre es automática. Si quieres conseguirla mantente firme en tu lucha. Con seguridad podrás alcanzarla.
La justicia nos protege a nosotros y protege a los demás. Seguir el reglamento de tránsito, por ejemplo, garantiza que todos los conductores (y sus acompañantes) lleguen bien a su destino.
Conoce a:
Abraham Lincoln: defensor de la justicia
(1809-1865)La esclavitud, cuando una persona está sometida a los propósitos de otra que la explota para conseguir un beneficio económico, es la forma más aguda de la injusticia.
El estadounidense Abraham Lincoln dedicó su vida a acabar con ella. Hijo de un carpintero, huérfano de madre desde muy pequeño, estudió derecho por su cuenta, pues pensaba que la ley es la clave del bien común. Como diputado en su país destacó por criticar la esclavitud de las personas negras en los estados del sur. En 1860 fue electo presidente y esos estados se separaron de la unión americana. Entonces comenzó una guerra entre éstos y los estados del norte, que apoyaban a Lincoln. El presidente declaró la libertad de todos los esclavos en 1863. Al término de la guerra, en 1865, los ciudadanos reconocieron que era el principio de una nación más justa.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario